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¿CÓMO ES ABRIR UNA TUMBA DE 4,500 AÑOS DE ANTIGÜEDAD?

 

El arqueólogo Dows Dunham (1890-1984) lo supo. En 1925, fue testigo en Guiza de uno de los más grandes hallazgos hechos allí: la tumba secreta de la reina Hetep-heres (4ta dinastía), mostrada en la pintura a la derecha. En el momento en que se descubrió, ésta era la tumba real más antigua encontrada sin saquear. Lo que Dunham y sus colegas arqueólogos vieron había permanecido inalterado por más de 4,500.


Sobre el gran sarcófago de alabastro y a su alrededor estaban los objetos que se habían colocado en la tumba, un montón de muebles de madera recubiertos de oro, destartalados, junto con algunas vasijas de piedra, cerámica y otros equipos funerarios en varios estados de deterioro.

 

Finalmente, estaban listos para abrir el sarcófago de alabastro. Esperando ver la momia de la reina adornada con joyas y ropajes, el entusiasmo crecía mientras las palancas levantaban la tapa.

 

Lentamente apareció una apertura entre la tapa y la caja. [...] Mientras la tapa seguía subiendo, podíamos ver más del interior y por fin el fondo de la caja. ¡El sarcófago estaba vacío! No se dijo una palabra, pero en la cámara reinaban el asombro y la desilusión.

 

Entonces, ¿dónde están los restos mortales de la reina? Aunque se encontró un recipiente canopo con los órganos internos de la reina en un nicho oculto cerca de la cámara funeral, el paradero de la momia todavía es objeto de debate.


 

De: Recollections of an Egyptologist, por Dows Dunham

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