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MOMIAS: ETERNAMENTE TENTADORAS

 

MOMIA (compuesto)

Hacia 1500 a.E.C.

Cabeza, cortesía del Sr. Mark Matalos   1995.1a

Pie, cortesía del Sr. Peter Plumb   1995.1b

  

¿Sabías que...?

Los faraones sostenían los símbolos de su cargo sobre el pecho. Los demás oficiales y la gente común tenían las manos a los lados.

¿Era esta momia un faraón?

 

En la antigüedad, los ladrones y vándalos de tumbas saqueaban los cuerpos en busca de los amuletos y objetos preciosos que habían sido colocados entre las vendas para asegurar el pasaje seguro del difunto al otro mundo. En la Edad Media, a menudo las momias eran molidas... ¡para hacer medicinas!

¿Crees que esta momia fue saqueada? ¿Por qué o por qué no?

 

Breve historia de la momificación

La momificación en el antiguo Egipto comenzó al menos hace 5,000 años, cerca del 3000 a.E.C. Al principio, sólo se momificaba a los faraones y la familia real, pero más tarde la práctica se extendió a los oficiales y a la gente común. Se ha estimado que durante tres mil años, se hicieron más de setenta millones de momias. ¡Y eso sin contar los miles de gatos, cocodrilos y otros animales que también se momificaron!

¿Qué no podemos ver cuando miramos a esta momia?

A medida que los cuerpos de los muertos se iban envolviendo con varias capas de vendas, se colocaban amuletos sagrados en lugares específicos entre las telas. Se creía que los amuletos protegían a la momia y aseguraban un pasaje seguro a la vida en el más allá. Puedes ver varios amuletos reales en las vitrinas de este corredor.

La confesión de un ladrón

“Abrimos los ataúdes y los vendajes que los envolvían. Encontramos a la noble momia del rey con una larga cadena de amuletos y ornamentos de oro al cuello. La cabeza estaba cubierta de oro. La noble momia del rey estaba totalmente recubierta de oro y su ataúd estaba cubierto de oro por dentro y por fuera, y adornado con joyas preciosas.

 

Arrancamos el oro que encontramos en la noble momia de este dios, así como los amuletos y ornamentos del cuello y los vendajes que la envolvían. [...] Dividimos en ocho partes iguales el oro que encontramos junto a este dios, además de los amuletos ornamentos y vendajes de la momia”.

 

Extracto de una confesión obtenida mediante tortura de uno de los ocho ladrones que entraron en la tumba del rey Sebekemsaf. La mayoría de ellos eran sirvientes en el templo de Amun y allí mismo estaban encarcelados. No conocemos su sentencia final, que podría haber sido la muerte. Saquear la tumba de un rey no era robo, sino sacrilegio.

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