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MOMIFICACIÓN Y ENTIERRO

Creyendo que existía una vida activa después de la muerte, los antiguos egipcios desarrollaron dos prácticas que hoy simbolizan su cultura.


Templo de Hathor, Complejo de Templos de Dendera. A lo largo de la historia del antiguo Egipto, los gobernantes construyeron santuarios (capillas) en piedra finamente realizados, en honor a sus dioses y diosas.

Hábiles artesanos decoraban las lisas paredes de piedra de las tumbas y los templos con pinturas o relieves pintados de escenas relacionadas con la vida en el más allá.

Momificación

Preservar el cuerpo y el semblante del difunto era esencial a la concepción que tenían los antiguos egipcios de la vida en el más allá. En el más allá, los espíritus de los muertos podían viajar por todo el mundo conocido y el inframundo. Sin embargo, todas las noches, dos de ellos (el Ba y el Ka) tenían que regresar al cuerpo del muerto, pero sólo podían hacerlo si reconocían el cuerpo. Las elaboradas técnicas desarrolladas por los antiguos egipcios para momificar, o preservar, los cadáveres tenían el propósito de asegurar la inmortalidad.

 

"Poseeré mi cuerpo para siempre [...]. Existo, estoy vivo, soy fuerte, he despertado en paz".

Escritura 154 del Libro de los muertos


La tumba: Hogar para la vida eterna

La mayoría de las personas se sepultaban en simples mastabas, edificaciones rectangulares de un solo piso hechas de ladrillo crudo. Como en las colosales pirámides, la cámara funeraria en sí se encuentra bajo tierra. La planta baja contiene una capilla donde los familiares dejaban ofrendas diarias de comida y bebida para alimentar a los espíritus del difunto.

 

Todos los elementos que el muerto necesitaba para continuar su vida, según la había vivido antes, se colocaban en la tumba. La riqueza y el estatus social de la persona podían estimarse por el tamaño de su tumba y la cantidad de bienes que contenía. Las personas ricas podían tener veinte o cuarenta salas llenas de bienes.


¿Sabías que...?

Una momia podía envolverse en hasta 448.5 yardas cuadradas de material.

En algunos cuerpos se han contado hasta 20 capas de mortaja y vendas alternadas.


Créditos fotográficos: Archivo Fotográfico Louise I. Doyle, Fitchburg Art Museum

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