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TESTAMENTO DE WEPEMNEFERT (WE-PEM-NE-FERT)

 

Uno de los rasgos principales de la antigua civilización egipcia fue su sistema legal, que permitía tomar previsiones para la vida en el más allá. Los jeroglíficos que vemos en esta pintura documentan un testamento legal dejado por Wep-em-nefret, un importante sacerdote. Según la traducción, el testamento se realizó en “el año en que se unieron las dos tierras [3050 a.E.C.], tercer mes de la temporada de invierno, día 29”. Además de establecer los deseos de Wep-em-nefret, aquí se revela su favoritismo por su hijo mayor.

 

Wep-em-nefret declara:

Dejé a mi hijo mayor, el ritualista Iby, la cámara sepulcral del norte con la capilla de ofrendas del norte. “Ningún hermano puede reclamarlo, ni esposas ni hijos tienen [derecho] a esto excepto mi hijo mayor, el ritualista Iby, a quien [se lo] he dado.

 

El testamento concluye así:

Este testamento se hizo en su presencia mientras vivía sobre sus dos pies.

 

Los testamentos egipcios que se tallaban en las paredes de las tumbas tenían una clara ventaja sobre los testamentos contemporáneos: literalmente estaban “inscritos en la piedra”, y sobreviven hasta el día de hoy.

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